Adopte un emprendedor
Entrevistas
Martes, 20 de Enero de 2015
El director de ID Retail, Andrés Lalanne, recomienda a los empresarios mentorear a starters
Uno de los consejos que suelo dar a un joven que comienza su aventura como emprendedor o emprendedora es: conseguí un mentor. La figura del mentor es reconocida como un aporte clave por prestigiosas organizaciones mundiales de promoción del emprendedurismo como Endeavor y Young Business International.
La mentoría es una actividad voluntaria que personas con experiencia en el mundo de los negocios, idealmente por su propia historia emprendedora, ofrecen a través de instituciones o directamente a emprendedores de su conocimiento.
El único interés del mentor es ayudar a un joven a superar las lógicas dificultades que enfrenta una “start up”. Cuando existe otro tipo de relación como la de inversor ángel o de asesoría, no se trata de una mentoría y es importante no confundirlas.
Esta actividad desinteresada, que típicamente ocupa pocas horas al mes al mentor, puede servir al emprendedor para tratar problemas comunes en el comienzo de una actividad como son la constitución de un buen equipo de trabajo, el acceso a financiamiento adecuado a sus necesidades o lograr desde el inicio una buena disciplina de administración.
Para el mentor, la actividad es gratificante cuando se logra una buena conexión y su rol se centra principalmente en hacer preguntas pertinentes y lograr la reflexión del emprendedor, sin ser quien toma las decisiones.
Su capital social y conocimiento del contexto empresarial son también instrumentos de valor para la función. No hay recetas para la mentoría pero sí abundante material sobre prácticas recomendables y otras a evitar.
Por mis propias experiencias como mentor recomiendo a veteranos (y también a jóvenes con trayectoria suficiente) que den el paso de adoptar un emprendedor.
Este paso proactivo puede darse por intermedio de alguna de las organizaciones que impulsan el emprendedurismo; universidades, incubadoras, y diversas instituciones públicas y de la sociedad civil.
Lo importante es que sea encarada como una actividad de mutuo beneficio, donde el mentor se enriquece en el contacto con otras áreas de negocios, uso de las últimas tecnologías o modelos de negocio innovadores.
Y desde luego en la creación de una relación de confianza y afecto con el emprendedor que trasciende muchas veces lo inmediato de los objetivos planteados.