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Lunes, 02 de Julio de 2012
Ignacio estaba desesperado, a pesar de que tenía clientes y que sus costos estaban controlados, él no llegaba a ver la supuesta ganancia que obtenía en el pequeño almacén que abrió en su casa. De hecho, como lo que diariamente quedaba en la caja no le alcanzaba para vivir, había empezado a comprar menos mercaderías, algunos estantes estaban casi vacíos y le dolía ver que sus clientes tenían que ir a otro lugar a comprar lo que allí no encontraban.
Había iniciado su negocio hace 5 meses, pues la empresa en la que trabajaba como encargado de depósito había cerrado. Él estuvo un par de meses buscando empleo, pero se estaba quedando sin el dinero que le pagaron como indemnización y entonces decidió abrir el negocio para hacer su propio salario. Parecía buena idea, alguna noción del negocio tenía y, como en varias cuadras a la redonda no había autoservicios, su almacén iba a cubrir una necesidad del barrio. Al principio todo iba bien, pero ahora la situación había cambiado, Ignacio considera que lo mejor sería ponerse nuevamente a buscar empleo.
Motivación
Para convertirse en empresario, es decir, en una persona que emprende o gestiona un negocio basado en un plan y lo ejecuta para que las actividades sean sustentables, es importante que la motivación esté dada no solo por la necesidad de ingresos, sino acompañada además de la búsqueda de satisfacciones superiores, como el logro de objetivos personales y profesionales. Esto es lo que comúnmente distinguimos como “pasión emprendedora” y que caracteriza a mucha gente exitosa.
La situación de Ignacio me hizo recordar los comentarios que siempre realizan los fanáticos del fútbol, cuando luego de ver perder a su equipo favorito, señalan que era evidente que simplemente jugaron a no perder, se pasaron defendiendo en lugar de atacar, no buscaron ninguna ocasión de gol, mientras que el equipo contrario le puso fuerzas a ganar.
En la carrera empresarial, la cancha está compuesta por una serie de situaciones y sujetos, entre los cuales se encuentran los clientes exigentes y la competencia eficiente, por lo que no es suficiente jugar a no perder, hay que entrar a ganar.
Los perdedores evitan el fracaso y el fracaso convierte a los perdedores en ganadores (R. Kiyosaki).
Además de las exigencias técnicas de cada ramo de negocio, los nuevos empresarios deben desarrollar algunas habilidades y conocimientos básicos para lograr el éxito. Las siguientes me parecen fundamentales: finanzas personales y familiares, área legal y tributaria, manejo del flujo de caja de la empresa en base a un presupuesto proyectado, marketing y comercialización, experiencias de otros emprendedores para evitar errores y aprender de sus aciertos, conocimiento del capital humano, liderazgo y negociación; todo ello debe estar enmarcado en los objetivos de mediano y largo plazo que el emprendedor ha debido plasmar en su plan de negocios.
Lastimosamente, Ignacio no ha desarrollado ninguno de los aspectos arriba detallados, no cuenta con una estrategia para lograr un éxito sostenido, pues su interés estaba muy reducido a ganar dinero para sobrevivir. Eso ha puesto a su negocio en una situación muy delicada, Ignacio se ha estado comiendo la cola y recién ahora se está percatando de ello.
Presupuestos y gastos
Es fundamental que la vida del negocio se entienda como separada de la vida del empresario, ambos deben manejarse con base en la realidad de sus propios presupuestos individuales. Así, el dueño puede fijarse un salario por su gestión, pero no pagar sus gastos corrientes familiares de la caja del negocio. En el dinero recogido por las ventas del día, un gran porcentaje debe ir destinado a pagar los gastos corrientes (alquiler, electricidad, salarios, impuestos, cargas sociales, etc), y lo más importante, a la reposición de mercaderías y crecimiento del stock de productos, así como al mantenimiento e inversiones necesarias para el fortalecimiento de la empresa.
Quienes ingresan al mundo empresarial sin cambiar su “chip interno” de empleado, suelen chocar frontalmente con la realidad. El empleado busca salario fijo, beneficios, seguridad y estabilidad. Ninguna de esas tres cosas se encuentra en el mundo empresarial, donde la ganancia es como una zanahoria que siempre está en frente pero no se alcanza, pues cada vez que llega, se debe destinar todo o parte de la misma al crecimiento de la empresa, pues, de lo contrario, el propio ritmo del mercado (el cliente y la competencia) la quitan del camino forzándola a retroceder, o incluso a cerrar.
Desafío diferente
Quien abre un negocio para hacerse de un ingreso debe también poder abrir su mente a un desafío diferente, las reglas del juego son distintas, los riesgos y los tiempos también. De lo contrario, va a abandonar la empresa apenas consiga otro empleo, perjudicando lo que pudo haber construido, como la creación de empleos y el valor agregado a la comunidad donde estaba instalada, entre otros factores, como su propia libertad financiera.
Siempre podemos perder el empleo y todos los días se cierran emprendimientos incluso antes de cumplir el año de vida, pero Ignacio está perdiendo una brillante oportunidad de aprender, de cultivar una experiencia positiva que puede protegerlo económica y financieramente para toda la vida. Es clave mantener las cuentas separadas, no mezclar los ingresos y gastos del negocio con los de la vida personal y familiar. Por eso, las decisiones que tome el dueño, impactarán directamente en el presente y futuro de la empresa, si serán buenas o malas, dependerá de su interés en aprender antes de emprender.
Si la vida te da limones, siempre puedes hacer una deliciosa limonada; para poder aprovechar las oportunidades es necesario poder identificarlas, ellas existen en todos lados y por ello hay que prestar atención a las señales, pues la oportunidad no llegará dentro de un sobre a tu puerta, sino que se oculta detrás de los problemas, de las crisis, de los inconvenientes. Si solo los esquivamos en lugar de analizar a fondo la situación y enfrentarla, entonces también estaremos escondiéndonos de las oportunidades, y debo recalcar que las mismas no se dejan ver fácilmente, sino que vienen en pedazos sueltos, como un rompecabezas, en donde la posibilidad de aprovecharlas tiene una relación directa con la creatividad del emprendedor para poder percibirlas a pesar del entorno.
Probablemente Ignacio, al leer este artículo, busque muchas excusas para explicar lo que le sucedió y no esté de acuerdo con varias cosas que aquí señalo. Lo triste es que si en todas las excusas es otro el culpable, como el entorno, los clientes, los proveedores, la competencia, el banco o el Estado, sin asumir en ningún escenario su
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