¿Emprendedor? trágate tu ego

En vez de escribir una serie de Tips, me parece importantísimo resaltar y dedicarle espacio a este, ya que hace parte de uno de los mayores palos en la rueda para el emprendedor. ¡Tragarse el ego!

El emprendedor de verdad no busca crédito por la idea. Va a buscar hacerla exitosa aunque no sea su idea; el éxito de la idea es lo que importa.

Pero además, esto de tragarse el ego es la piedra angular para las iteraciones. Éstas se refieren a cambios continuos y sistemáticos hechos al proyecto o producto posterior al lanzamiento inicial (llamado MVP o Beta), y se fundamentan en diálogos con el cliente, en aprender de él qué quiere y cómo ajustar el producto a lo que realmente desea. Esto parece sencillito, pero en realidad es psicológicamente muy difícil.

El emprendedor suele enamorarse de su idea y protegerla, al punto de en ocasiones no querer saber cómo está progresando sólo por miedo a pensar que tal vez le está yendo mal. Es el mismo efecto de la lotería. Muchos compradores de lotería evitan inconscientemente saber cómo “jugó” la lotería, con el propósito de no acabar con su sueño (porque están casi seguros que no ganaron). Con el emprendedor ocurre lo mismo; cuando uno se enamora de su idea, la da duro pensar que no está teniendo éxito, así que inconscientemente prefiere hacerse el de la vista gorda para “no ver” que la cosa no está funcionando y que, por tanto, todo se fue al traste.

Pero es ahí donde el emprendedor debe cambiar su forma de pensar. Debe despojarse del corazón. Debe ser consciente que las ideas, los proyectos, rara vez nacen ganadores. Todo es cuestión de irlos moldeando a partir de lo que se observa y escucha que quiere y no quiere el consumidor. Debe ser consciente que para tener éxito, el producto o servicio debe vivir un ciclo (a veces permanente) de constante evolución, y debe estar consciente que una empresa exitosa no necesariamente nació de una idea inicial exitosa. Así que no debe haber miedo. El miedo a fracasar es el gran obstáculo para el emprendedor. No debes tener miedo que tu idea inicial resulte en un fracaso.

Lo que debes es cambiar tu forma de ver las cosas: una vez lances la idea, debes comenzar una etapa detectivesca que te permita comprender sin sesgos, y con frialdad, qué es lo que hace que a tu cliente potencial no le gusta tu idea; qué hace que le resulte dificultoso; qué hace que no lo disfrute. Si descubres que el problema final que buscas solucionar con tu idea en realidad sí existe para el consumidor, ¡entonces vas bien! Debes es mover las tuercas hasta que tu producto le entregue al cliente lo que quiere.

GERARDO MÉNDEZ SOLANO, Director de Criterium - Investigador de mercados – asesor estratégico

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/opinion/columna/emprendedor-tragate-tu-ego