La asertividad es una cualidad que todo emprendedor debería tener. A nivel práctico, las personas asertivas se caracterizan por expresarse de manera apropiada y según la situación, algo que hace que su comunicación sea efectiva y clara, lo que facilita las relaciones comerciales y el éxito de las empresas que estos ponen en marcha.

Asimismo, los profesionales asertivos se distinguen por tener una metas claras, saber hacia dónde van y qué es lo que desean conseguir. Unos objetivos definidos, cuya consecución es más fácil de alcanzar, por esta tipología de emprendedor. Sin embargo, y en caso de que esto no suceda, estos profesionales saben que no siempre se puede ganar y que lo importante es el esfuerzo y las ganas por materializar estos propósitos.

En paralelo, los emprendedores asertivos se caracterizan por establecer una comunicación con un estilo delicado de discurso, cuidando sus palabras y no ofendiendo a los interlocutores. Es por ello que el control de las emociones, la capacidad de negociación y, fundamentalmente, el desarrollo de capacidades y habilidades comunicacionales funcionan son aspectos que inexorablemente van asociados a los emprendedores asertivos.

Las funciones de la asertividad

Pero, ¿Para qué sirve ser asertivo en el ámbito del emprendimiento empresarial? En primer lugar para responder de manera eficiente a los ataques que los emprendedores puedan recibir en el ámbito de su trabajo. A su vez, esta cualidad también funciona para llevar de la mejor manera posible su tranquilidad en lo que respecta a las reuniones con la prensa o con potenciales inversores.

De tales funciones se desprende que la asertividad es una capacidad que no se adquiere de manera inherente sino que, por el contrario, requiere ser cultivada a manos de profesionales. Es por ello que cada vez en mayor proporción han surgido un buen número de talleres y cursos sobre cómo potenciar la asertividad empresarial. Los beneficios que se desprenden de ella explican el auge de esta tendencia, incluido el ámbito del emprendimiento.