Deje que el público decida

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   Jueves, 24 de Marzo de 2016

Karim R. Lakhani

© 2016 Harvard Business School Publishing Corp.

En muchas organizaciones, la autoridad para las decisiones estratégicas más importantes se le deja a la opinión de la persona mejor pagada, o “HiPPO”. Sin embargo, muchas veces los HiPPO pueden equivocarse. Los HiPPOs han sido responsables de leer en forma incorrecta tendencias de consumo en grandes compañías, incluyendo Gap, Banana Republic, Nokia y Blackberry.

Los HiPPOs no pretenden tomar decisiones mal informadas, pero el depender del juicio de una sola persona, o de algunos individuos, necesariamente provocará problemas.

A lo largo de los últimos 15 años, hemos visto el surgimiento de un antídoto a la toma de decisiones impulsada por los HiPPOs. Habilitada a través de las plataformas sociales, la votación colectiva integra la pericia, conocimientos y perspectivas de más personas dentro y fuera de la organización, y puede mejorar vastamente las probabilidades de que una decisión estratégica lleve al éxito.

Digamos que su compañía está a punto de lanzar un nuevo producto, y usted necesita seleccionarlo de entre cinco alternativas. Permitir que solamente una, o pocas personas, hagan esa selección, conlleva riesgos, específicamente el que sus estimaciones pueden estar anuladas por el prejuicio, la desinformación u otra interferencia. Sin embargo, la investigación muestra que si usted le pide a un público –digamos, 100 empleados y 100 externos– que califiquen las cinco opciones, usted anulará mucha de esa interferencia.

Threadless, una compañía de playeras con base en Chicago, fue de las primeras en descubrir que la votación colectiva puede ser útil. Cuando la compañía se lanzó en el año 2000, buscó ideas de diseño de la comunidad, y al poco tiempo estaba recibiendo más de 800 propuestas semanales. No había forma de que los ejecutivos pudieran elegir inteligentemente de entre todas ellas, así que decidieron que el público podía ayudar a tomar decisiones. Los HiPPO tienen la decisión final respecto a lo que se produce, pero actúan más como selectores comunitarios, mientras que el público ayuda a descartar las propuestas que no son tan buenas y señala los diseños que se venderán mejor.

La financiación colectiva es otra forma de votación colectiva. Kickstarter y otras plataformas han asignado billones de dólares para innovadores y artistas. Categorías enteras de productos han surgido una vez que el público las ha financiado, en efecto validándolas al votar por ellas. Por ejemplo, los inversionistas de riesgo y las firmas establecidas habían ignorado la categoría de los dispositivos portables, hasta que, en el 2012, la campaña de Pebble en Kickstarter rompió todos los récords de financiación colectiva, validando el concepto al demostrar el mercado de demanda para el producto.

Todo esto no es para decir que los HiPPOs desaparecerán pronto. La estructura de las organizaciones modernas garantiza que los HiPPOs seguirán ayudando a tomar decisiones. Sin embargo, lo que estos ejemplos sugieren es que al tomar decisiones importantes, los líderes deberían hacerse a mismos y a su organización un favor, al hacer que los HiPPOs trabajen con el público.

(Karim R. Lakhani es un profesor asociado de administración de negocios en la Harvard Business School).

Fuente: http://www.lanacion.com.py/2016/03/17/deje-publico-decida/