Los planes estratégicos son menos importantes que la planeación estratégica

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   Sábado, 25 de Febrero de 2017

Graham Kenny

Mencione la palabra “plan” a la mayoría de los directivos, y la imagen que llegará a sus mentes podría ser la de un plan de viaje. En términos claros y ciertos, estos especifican desde dónde va, cuál es su destino, dónde y cuándo se hospedará y demás.

Sin embargo, no todos los tipos de planes tienen ese nivel de precisión. En un entorno fluido e impredecible usted necesita tener una comprensión muy diferente de los planes y la planeación. Un ejemplo de la estrategia militar.

A Moltke el Elder, un mariscal de campo alemán del siglo XIX, se le acredita la creación de un nuevo enfoque para dirigir ejércitos en el campo. Éste implicaba desarrollar una serie de opciones, en lugar de simplemente un solo plan. Él famosamente afirmó que “ningún plan de operaciones se extiende con certeza más allá del primer encuentro con la fuerza principal del enemigo”.

Como la estrategia militar, la estrategia de negocio se desarrolla y aplica en un entorno fluido e impredecible. La distinción que dibuja Moltke entre la planificación y el plan es muy pertinente para los ejecutivos que están a cargo de construir la estrategia de una compañía. Muchas veces encuentro que los ejecutivos parecen compartir el entendimiento de los viajeros en cuanto a la planeación. El truco para ayudarlos a crear una estrategia que realmente funcione consiste en hacer que reconsideren esa visión.

Permítanme compartir algunos principios que he aprendido:

-Piense en el plan como una herramienta de guía: El problema para muchos gerentes es que sus expectativas están sesgadas en cuanto a lo que puede alcanzarse forma realista a través de un plan estratégico. A sus ojos, el plan estratégico se convierte en un dispositivo para el control en lugar de uno de guía.

-Busque desacuerdos y observe hacia el futuro: Incluso aunque su plan corre el riesgo de volverse inmediatamente irrelevante, necesita invertir en escribirlo. Esto puede ayudar a traer a la superficie desacuerdos que de otro modo podrían permanecer escondidos. También puede brindar una plataforma a partir de la cual aprovechar el cambio.

-Enfóquese en la organización y en las partes interesadas que son clave: Un plano puede ser “estratégico” si solo se trata acerca de acciones individuales. Aunque la acción es fundamental para la implementación el éxito, hay otro nivel por encima de ella, el nivel organizacional. Desarrolle una estrategia de negocios para cada parte interesada, pero también reconozca el enlace causal entre ellos.

-Asuma que el plan es un trabajo en marcha: Un plan estratégico es un documento viviente que orienta la toma de decisiones y ayuda a ordenar recursos. El hecho de que las circunstancias estén cambiando rápidamente es una buena razón para revisar regularmente su plan. Esto le permite no solo actualizar el documento con base en las condiciones modificadas, sino también revisar las acciones que estaban agendadas como parte del proceso de ejecución.

Moltke el Elder no se dedicaba a los negocios ni nació en la era moderna. Sin embargo, él habría sido un excelente expositor estelar en una conferencia sobre nuestra moderna obsesión, “la disrupción”. Él apreciaba la importancia del rol de la planeación al prepararse para el cambio. Su plan estratégico es un dispositivo esencial para navegar con los vientos en contra de la disrupción.

(Graham Kenny es el director gerencial de Strategic Factors, una consultora que se especializa en planeación estratégica y medición del desempeño).

Fuente: http://www.lanacion.com.py/2017/01/24/los-planes-estrategicos-menos-importantes-la-planeacion-estrategica/