La pyme es el eslabón más vulnerable de la cadena de la ciberseguridad, por falta de medios, tiempo, e incluso concienciación. Y frente a estas verdades las pequeñas empresas deberían pensar cómo es de habitual robar el wifi al vecino de al lado. Es fácil, te ahorras un dinero y te conviertes en un parásito invisible hasta que la víctima se dé cuenta.

 

Las pymes ahora son sinónimo de tiendas online, de estar activo en redes sociales y permanecer conectados a internet prácticamente todo el día. ¿Por qué no iba un hacker a pensar que esa empresa no es golosa para uno de sus ataques?

 

El hacker desde fuera de la oficina o comercio de la pyme accede al sistema de la misma a través de su red wifi. Una vez dentro del sistema el delincuente puede acceder a todos los datos de la empresa.

 

Por ejemplo: datos sensibles de empleados y clientes o información financiera. Es un ataque muy sencillo de ejecutar cuando la red wifi de la pyme no está securizada o lo está de manera sencilla.

 

Las Pymes son un blanco fácil para los hackers

 

Si eres una pyme, invertir en ciberseguridad será una buena inversión a medio plazo. Con la ciberseguridad ocurre lo mismo que con la publicidad o el marketing. ¿Es necesario? ¿De veras nuestra empresa necesita invertir esa cantidad? ¿Y cuándo veré los resultados? Lo negativo de no invertir en publicidad puede representar ser invisible.

 

Pero no hacerlo en proteger la seguridad de tu empresa puede representar una pérdida de dinero seria. Algunos informes apuntan que las pymes que reciben ataques por internet a los seis meses desaparecen.

 

El principal problema, así lo veo, es que una pequeña empresa no puede llegar a imaginarse que va a ser víctima de un ataque. Por lo que, ¿para qué gastar más si apenas llegamos a fin de mes? No nos tocará a nosotros, no tenemos el perfil. Pero si eres una pyme y estás presente en internet puede que lo seas. Y ya dicen que más vale prevenir que curar. El problema como siempre es el económico.

 

Un poco de concienciación entre todos los miembros de la plantilla sería un buen punto de partida. Es decir, controlar los movimientos cuando se usa la red para no caer en los ataques de ingeniería social, que no es otra cosa que chantajear a un trabajador a cambio de información relacionada con la empresa.

 

 

Por Joana Sánchez