A través de un estudio realizado a nivel nacional con +2mil emprendedores, en alianza con la Asociación de Emprendedores del Paraguay (ASEPY), descubrimos que el 54% de personas que están empezando un emprendimiento, lo están haciendo para autoemplearse.

 

Este es el principal motivo que los lleva a iniciar su propio negocio. Como el contexto laboral para conseguir un trabajo fijo en una empresa o institución es cada vez más difícil, son muchas las personas que deciden invertir en crear su propio emprendimiento para así generar los ingresos que le permitan generarse un salario.

 

Es por eso que la mayoría de estos emprendimientos están enfocados en lo que la persona en cuestión sabe hacer, es decir, sobre lo que tiene mayor conocimiento para ponerlo en práctica diariamente. Además, emprenden con la decisión de ser parte activa del negocio y ser propietarios de la empresa que se está formando.

 

En un caso hipotético, no es que las personas hoy están decidiendo emprender para generar fuentes de trabajo, innovar en productos o servicios o para contratar a otros personales y generar ingresos pasivos, teniendo una visión más corporativa del negocio.

 

Hoy el esquema del pensamiento del paraguayo está en que va a emprender para generar su propio empleo, por la falta de oportunidades en el mercado laboral nacional. Así que esta realidad es la que les genera el impulso para tomar la decisión de abrir un local de comidas, una tienda de ventas de productos, una marca que ofrece servicios profesionales, entre muchas otras opciones.

 

Este dato también es el reflejo de por qué existen hoy tantas empresas familiares en Paraguay; ya que muchas de ellas empezaron como una opción de autoempleo para el propietario pero que con el tiempo fue creciendo y pasó como un legado de generación en generación. No necesariamente empezó con una visión de empresa para luego vender la marca, como puede suceder en otras partes del mundo.

 

En Paraguay los emprendedores viven una realidad muy peculiar en comparación a otros países de la región y del mundo; conociendo estos datos podemos identificar el punto en el que nos encontramos y hacia dónde debemos apuntar para seguir profesionalizando el sector de las mipymes en nuestro país.