Joyas que seducen
Entrevistas
Lunes, 02 de Julio de 2012
La diseñadora Beatriz Guggiari nos deleita con sus creaciones. Para ella, transformar las piedras preciosas en joyas le brinda un enorme placer. Aquí, piezas exclusivas elaboradas con metales como el oro, la plata o el acero.
Beatriz Guggiari se manifiesta “coqueta desde muy niña”, cuando no dudaba en colgarse al cuello algunos accesorios o joyas de su abuela. “Me encantaba”, recuerda hoy, ya consumada como una exquisita diseñadora de joyas y accesorios femeninos. Con los años no se alejó mucho de la senda de la creatividad, aunque su inclinación primera fue la carrera de Arquitectura. “Los diseños y los dibujos fueron mi pasión por muchos años, al igual que la docencia. Durante 35 años de mi vida me dediqué a esta maravillosa vocación, desde la cual ayudé a mis alumnos y alumnas a aflorar y a expresar todo el caudal de creatividad que poseían”, añade.
Pero la asignatura pendiente era el diseño de joyas, así que puso manos a las piedras y los metales preciosos. “Al comienzo elegí imitaciones para elaborar los accesorios, pero luego, mediante los viajes que fui realizando, pude conocer la gran variedad de piedras que cada destino ofrecía: naturales, preciosas y semipreciosas; pude adentrarme en sus características, colores, sentir la atracción y fuerza que emana de ellas”.
Todo este conjunto de sensaciones fue lo que la llevó a convertirlas en bellas joyas, que adornadas con oro, plata o acero, logró piezas únicas. “Así comencé mi producción con la ayuda de un gran artesano, don Jenaro Carreras, quien desde hace siete años interpreta, de manera extraordinaria, hasta mis más rebuscados diseños”.
Para Beatriz, cada piedra tiene su encanto. “Mis preferidas son la amatista, el ónix, el coral, la turquesa, la turmalina, amazonita y el ojo de tigre, pero tengo que admitir que todas poseen un atractivo particular”.
Ella quiere compartir, con todas las mujeres, esta experiencia maravillosa, que le significó transformar sus sueños y su expresión creativa en una fuente de trabajo. “Que se animen a cumplir sus sueños, no importa el momento, nunca es tarde, ya que los resultados son sumamente agradables y gratificantes”. Y así, lo que hace unos años comenzó con una pequeña caja, con unos cuantos collares, hoy se ve convertido en microempresa, que desde este año quiere llegar a más cantidad de amigas y amigos a través de vitrinas, con diseños diferentes y variados. “De hecho, ya tengo instaladas seis vitrinas y todas tuvieron una muy buena recepción”, exclama, feliz. Y va por más.
Fuente: www.abc.com.py