¿Cómo aumentar la capacidad emprendedora de las empresas familiares?

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   Jueves, 02 de Febrero de 2012

Uno de los puntos que actualmente es muy discutido e investigado a nivel internacional tiene que ver con los factores que pueden asociarse a promover la capacidad de emprendimiento entre las empresas familiares. Al respecto, se puede asegurar que en su inicio casi la totalidad de la empresas familiares fueron resultado de una actividad emprendedora de su fundador o fundadores. Pero la interrogante que aquí planteamos se relaciona con cómo renovar esa capacidad o bien cómo influir positivamente en los resultados de las acciones emprendedoras que toman las empresas familiares.

Para comenzar, podemos considerar al emprendimiento como un concepto multidimensional que abarca acciones de la empresa relacionadas con innovaciones, toma de riesgos y proactividad (Miller, 1983). La innovación comprende las acciones de innovación en los productos, procesos y aspectos organizacionales; la toma de riesgos se asocia con asumir proyectos novedosos, como incursionar nuevos mercados nacionales o internacionales (expansión, alianzas, etc.); y la proactividad consiste en la disposición de anticipar mediante acciones propias los movimientos de los competidores.

Esta capacidad emprendedora depende de las condiciones y recursos con que cuenta una empresa familiar. Como condiciones se tiene la estabilidad y tiempo que se asocian a la presencia de la familia en la empresa, que da lugar también a una mayor interdependencia e interacción entre los miembros que la integran, que finalmente se ve traducida en el establecimiento de fronteras que la empresa genera para personas que no pertenecen a la familia.

Estas condiciones pueden por una parte acrecentar los recursos con los que la empresa cuenta, como es la confianza y conocimiento tácito, difícil de imitar y replicar, que se desarrolla entre los miembros de la empresa y que puede verse traducida en ventajas competitivas del negocio. Pero también esas mismas condiciones pueden afectar la capacidad de la empresa para reconocer nuevas oportunidades e incorporar talentos necesarios para el desarrollo de la empresa. Como se observa, es arriesgado dar una respuesta inmediata a la pregunta de si las condiciones de la empresa familiar promueven o no recursos en la empresa que se asocian con la competencia de emprender.

Por tal motivo, en el Centro de Investigación de Empresas Familiares (CIEF) de la UDLAP se tiene en marcha un proyecto de investigación amplio sobre emprendimiento en las empresas familiares del Estado de Puebla. Para esto se han dividido los recursos de la empresa familiar en tres categorías: estructurales, cognitivos y relacionales. Entrar en detalle en cada uno de estos recursos requeriría de un mayor espacio. En esta ocasión me referiré únicamente a la variable demográfica de los factores estructurales, que a su vez abarca otros factores institucionales y organizacionales.

Por una parte, hay argumentos para afirmar que conforme los fundadores o patriarcas de una empresa familiar maduran o se aproximan a una edad de retiro, se vuelven más cautos ya que no desean poner en riesgo lo que han logrado y su interés puede centrarse solamente en transferir el negocio a las siguientes generaciones en las mejores condiciones posibles. Por lo tanto se esperaría que se reduzca la capacidad emprendedora. Sin embargo, y en sentido totalmente opuesto, se puede decir que la experiencia y capital social (relaciones, prestigio, etc.) acumulados a lo largo de varios años en el negocio, generan recursos de un gran potencial para el desarrollo de nuevas acciones de emprendimiento en la empresa.

Por otra parte, se puede argumentar que la presencia de nuevas generaciones en la empresa puede retardar la capacidad de la empresa en el reconocimiento de oportunidades y de emprender. Sin embargo, también se ha observado que una parte importante del estatus, legitimidad directiva y liderazgo de estas nuevas generaciones se construye a partir de su competencia para emprender nuevas iniciativas. Por lo tanto, la búsqueda de liderazgo de estas nuevas generaciones puede asociarse a la capacidad de emprender de la empresa familiar.

Los pros y contras de la discusión anterior nos llevan entonces a plantear la siguiente recomendación. Efectivamente, la entrada de nuevas generaciones a las empresas familiares es una fuente potencial de ideas buenas y novedosas, además de que existe por lo general el interés de estas nuevas generaciones de ir ganando un reconocimiento en la empresa. Pero para que esta potencialidad florezca es necesario que los patriarcas sean guardianes del proceso de preparación de estas generaciones, y alimenten y cultiven en las generaciones más jóvenes las competencias de emprendimiento y de toma de riesgos. Para ellos los patriarcas deben planear de manera anticipada diversas maneras apoyar este desarrollo en los sucesores, a través de: programas de educacional formal, de capacitación y entrenamiento, de una temprana exposición al negocio e involucramiento cada vez mayor o motivando una experiencia laboral previa fuera del negocio.

Fuente: www.e-consulta.com