“Los empresarios deben hacer las cosas con buena fe para progresar”

Entrevistas

   Domingo, 06 de Octubre de 2013

Esfuerzo, dedicación y disciplina hacen parte de la filosofía de trabajo de Raúl Alberto Díaz de Espada, el fundador de Edesa SA, con más de 35 años de trayectoria. El empresario también fue precursor de la Bolsa de Valores de Asunción.

Alejado ya de las largas horas de trabajo, con un semblante sereno y muchas historias para contar, Raúl Díaz de Espada, fundador de Edesa, a sus 86 años disfruta hoy día del éxito que cosechó de una vida consagrada al trabajo. El mismo indica que la actualización constante de la mano de los avances tecnológicos es sin dudas elemental para que una empresa permanezca vigente en un mercado cada vez más competitivo.

-¿Cómo inició su carrera empresarial?

-Fue de casualidad; a los 28 años de edad yo estaba realizando trabajos como ingeniero civil en España, luego de haberme casado con Julia Bibolini, entre paréntesis, tuvimos por así decirlo, como una larga luna de miel que duró como un año, que es cuando me llaman para que vuelva a Paraguay para ayudar a mi padre, quien por motivos de la Guerra Civil del 47 quedó con un cansancio mental que derivó en una depresión. Todo esto lo obligó a delegarme el negocio de la familia, que él había fundado. Como un paracaidista me puse al frente de la empresa en 1955 y de entonces no descansé.

-¿Podría hablarnos del origen de la empresa familiar, cómo se constituyó?

-Mi padre formó una empresa con su medio hermano Julián Echegaray, denominado Julián Echegaray, Sociedad Colectiva Mercantil, en 1927. Mi padre trabajaba en el Banco de Londres y América del Sur y cuando terminaba su trabajo iba a apoyar a su medio hermano mayor, en el negocio que tenían aquí en Asunción.

Cuando pasó el tiempo esa empresa se convirtió en Echegaray y Díaz de Espada SRL y luego Sociedad Anónima. Cuando murieron mi tío y mi padre pensé que tendría que fundar mi propia empresa y en común acuerdo con mi única hermana, Sara, cerramos la firma y ella formó su empresa llamada Ramírez Díaz de Espada y yo Edesa, Empresa Distribuidora Especializada SA, y de ahí en adelante seguimos hace 35 años en el mercado.

-¿Cómo conciliaba el trabajo y la vida familiar?

-Bueno, ahí seguro se va a quejar mi señora; en realidad la educación de mis hijas, siempre estaba a cargo de mi señora y yo dedicado full time en el trabajo, sábados, domingos y feriados, tengo que reconocer que en ese sentido fui un poco egoísta con mi familia, dediqué mi vida a la empresa.

-¿Nos cuenta acerca de su filosofía de vida, algún hecho que lo haya marcado?

-Mi abuelo se llamaba Pablo Máximo Díaz de Espada; él escribió un opúsculo de versos que tituló La vida. Del mismo yo extraje algunos pensamientos, que me quedaron marcados. Mi abuelo fue una persona que se jubiló muy temprano e hizo un viaje al Tibet. Cuando fui a Buenos Aires, a estudiar, viví un tiempo con él y recuerdo que dormíamos juntos cama con cama, de noche nos pasábamos hablando; de ahí es que se me quedó una frase que es la siguiente: "no reacciona la ofensa que ofende, el que se defiende y quien ama a quien ofende hace su mejor ofensa". Esto denota su cristianismo puro, mejorado diría yo, es lo que tengo como filosofía de vida.

-¿Qué lugar ocupa la religión en su vida?

-Soy cristiano, me eduqué en el colegio Monseñor Lasagna, tres años en el San José, y terminé mi bachiller en el Colegio Internacional. No soy muy adepto a todos los ritos de la religiones, considero que la religión cristiana es la que más se acerca a lo que creo. Siempre tuve presente los preceptos como el amar al prójimo como a ti mismo, los mandamientos; la Biblia es un libro sumamente importante para aconsejar a cómo resolver los problemas, pero quiero decir que realmente no dediqué mucho tiempo a los ritos de la religión; mi religión era siempre hacer el bien en mi entorno.

-¿Cuál es el secreto de su negocio, cómo logró construir un imperio empresarial?

-Creo que lo principal es mantenerse actualizado siempre y hoy más que nunca con el avance de las tecnologías, con la incursión de las tablets, la penetración de internet; si no, quedás desfasado. Se tiene que seguir el ritmo del crecimiento acelerado, leyendo los diarios o escuchando, porque ahora también se escuchan las noticias, viendo lo que pasa en las ciudades y países importantes como Tokio, Hong Kong, India, Europa, Estados Unidos, en fin, hay que estar muy atentos a todo esto, vivir al día.

-¿Qué diferencias encuentra entre el comercio de hace 40 años y el actual?

-Bueno, una constante fue siempre el contrabando que hasta hoy día continúa, así que tuvimos que combatir eso con trabajo constante, con las entidades gremiales, con el Centro de Importadores, de todas formas siempre pudimos salir adelante. A pesar de las trabas del contrabando subsistimos con éxito, porque nadie puede negar que se está viviendo una época de abundancia, si bien no llegamos al reparto de la riqueza más generalizada, yo creo que comparado con los años anteriores, yo diría que hemos crecido bastante.

-¿Alguna anécdota que quiera compartir?

-Dividí un poco mi tarea en varios ámbitos entre la empresa y la Casa de Bolsa, como presidente del Centro de Importadores, de Almaceneros Mayoristas, Minoristas y la Cámara de Apelación. Todas esas cosas fueron creadas con el fin de la venta o compra a futuro de divisas. Es decir, hay que ser un innovador permanente, superar los obstáculos. Transmitiendo esa filosofía se aporta al entorno que a uno le rodea.

-¿Algún consejo para la nueva generación de empresarios?

-Les digo que hagan las cosas de buena fe, que tengan presente que errar es humano, que hay que perdonar y transmitir eso a su alrededor.

elisa-alvariza@uhora.com.py

Fuentehttp://www.ultimahora.com/los-empresarios-deben-hacer-las-cosas-buena-fe-progresar-n728887.html